Memoria e Historia
“La historia es una puesta en relato, una escritura del pasado según las modalidades y las reglas de un oficio -de un arte o, entre muchas comillas, de una "ciencia"- que intenta responder a cuestiones que la memoria suscita [promueve]. La historia nace entonces de la memoria, luego se libera al poner el pasado a distancia, ... Finalmente logró hacer de la memoria uno de sus campos de investigación, como lo prueba la historia contemporánea. La historia del siglo xx, llamada también "historia del tiempo presente", analiza el testimonio de los actores del pasado e integra el relato oral entre sus fuentes al mismo título que los archivos y otros documentos materiales o escritos. En consecuencia, la historia nace en la memoria, de la que es una dimensión; luego, al adoptar una postura auto-reflexiva, transforma la memoria en uno de sus objetos...
Al extraer de la experiencia vivida, la memoria es eminentemente subjetiva. Está anclada en los hechos a los que hemos asistido, hechos de los que fuimos testigos, incluso actores, y a las impresiones que grabaron en nuestro espíritu. Es cualitativa, singular, se preocupa poco por las comparaciones, por la contextualización, por las generalizaciones. No necesita pruebas para aquel que es portador de ella. El relato del pasado que un testigo nos brinda -siempre y cuando este último no sea un mentiroso consciente - siempre será su verdad, o sea, la imagen del pasado depositada en él. Debido a su carácter subjetivo, la memoria jamás está fijada, se parece más bien a una obra abierta, en transformación permanente”.
Traverso, Enzo (2018). El pasado instrucciones de uso. Buenos Aires, Prometeo libros. Pp. 21-22
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